miércoles, 21 de marzo de 2012

Una película de Disney se convierte en el filme con más pérdidas de la historia

Cualquiera diría que un viaje hasta Marte debe de ser muy caro. Pero a Disney el billete para meter al veterano de guerra John Carter en un vuelo rumbo al planeta rojo le ha salido por un precio exorbitante. La película de ficción homónima, estrenada en España el pasado 9 de marzo y basada en una novela de Edgar Rice Burroughs, costó 190 millones de euros y generará pérdidas por 160, según la propia compañía estadounidense. Datos y enciclopedia del cine a la mano, se trata del mayor fracaso económico de la historia.

Y eso que en su anterior ruta hacia el espacio el director y guionista Andrew Stanton se había encontrado con un Oscar. Era 2009 y el cuento de hadas robótico Wall-E se hacía con la estatuilla al mejor filme de animación. El mismo destino le tocó en 2004 a Buscando a Nemo, también de Stanton.
Sin embargo esta vez el viaje galáctico del cineasta ha sido bastante más desagradable. “Creo que son las mayores pérdidas para un solo filme que yo haya visto”", declaró a la agencia Bloomberg Matthew Harrigan, analista de Wunderlich Securities en Denver, que sigue de cerca esta industria desde hace 20 años. Tanto que al hacerse públicos los datos, las acciones de Disney cayeron el lunes un 1,1%.
El intrépido John Carter se hará con un récord negativo que hasta ahora, al menos según el Libro Guinnes, pertenecía a La isla de las cabezas cortadas. Producido en 1995, el filme recaudó unos 14 millones de euros, frente a los 87 que había costado. Es decir, que las pérdidas fueron del 83,9%. Una cifra demasiado alta para la productora, Carolco, que acabó siguiendo el triste destino de los que llegaban a la isla del titular.
De cerrar este escasamente ambicionado podio se encarga El Álamo. Los protagonistas de este filme de 2004, remake de un largometraje de los sesenta, conseguían acercar al triunfo la revolución tejana de 1836 pero no pudieron con la batalla por el corazón del público. De ahí que El Álamo tan solo recuperara en las taquillas 20 de los casi 110 millones de euros que se habían invertido en su rodaje.
Un repaso a los grandes fracasos de la cinematografía contemporánea permite encontrarse también con dos estrellas de la gran pantalla española. Penélope Cruz actuó en Sáhara, una película de 2005 que provocó el desierto en las taquillas: costó 182 millones de euros y recaudó algo menos de la mitad.
El guerrero número 13, protagonizada por Antonio Banderas, le fue algo mejor, aunque difícilmente alguien en la productora tiraría cohetes: la película obtuvo unos 47 millones de euros, pero no se acercó ni de lejos a cubrir la inversión inicial, de 121 millones.
Precisamente antes de ser trasladado a Marte, John Carter (el actor Taylor Kitsch) se acaba encontrando una mina, en medio de Arizona, repleta de metales preciosos. A posteriori, debería haberse quedado. A Disney tanto oro le hubiera venido bien.

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